lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Cómo entender Huasipungo?

Por Juan Diego Pérez

Hay que revisar el marco histórico en el aparecimiento de la novela de Icaza: El Mundo pasó una guerra mundial y se acerca a la segunda conflagración.  El Ecuador ya vivió una masacre, apenas 12 años antes fue la desgracia del 15 de noviembre de 1922, y dos años antes:  la guerra de los 4 días, es decir, el liberalismo, ya no es la revolución, sino el Estado y el partido en el cual se enfrentan las distintas facciones de poder.

Adoum explica que, con Huasipungo, Icaza inaugura una nueva tendencia en la literatura, un nuevo lenguaje, expone la hediondez, la miseria humana, el racismo, la explotación.

¿Cómo entender Huasipungo?, no como una novela costumbrista, ni de denuncia social, sino de denuncia moral, como una crítica a la miseria siniestra del individuo, la turbulencia de la sordidez del individuo, sea en su opulencia o en su pobreza extrema; es decir: el exceso de la riqueza embrutece y la ausencia o pobreza extrema también embrutece, bruto es el patrón Pereira, y bruto es el huasipunguero Chiliquinga; brutos son el teniente político y el cura; y brutos los indios y cholos explotados.

No hay salida, no hay esperanza, todo gira en medio de la estupidez, el embrutecimiento, el alcoholismo, el folkclore como medio de explotación y motor del desiquilibrio social, los excrementos, el alcoholismo, etc... Pero puede haber comprensión Y SOBRETODO... puede haber reflexión.  Esta obra puede llamarnos a la reflexión, en nosotros está la responsabilidad, o somos la desgracia humana de los personajes de Huasipungo, o trascendemos a seres humanos, a personas, o somos el animal o somos el HOMBRE.

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